Вот мы и добрались до очередного юбилея и практически вместе с ним вступим в лето-2013

Возвращаемся к классическому формату семинаров: один текст - один месяц.
На перевод предлагается глава из нового романа Soledad Puértolas Mi amor en vano. Решено разбить ее на две части, потому и частей у нашего юбилейного семинара будет две.
Информации в сети на автора предостаточно, хотя особо интересные ссылки приветствуются

И засим объявляется открытым Испанский семинар № 30.
Спасибо всем, кто добежал до него и продолжает марафон!

Дата начала семинара: 25 мая 2013 года.
Срок предоставления переводов: 22 июня 2013 года.
Обсуждение: с 23 июня 2013 года.
!Suerte y adelante!
Soledad Puértolas
Mi amor en vano
Cada vez que Dayana, en el silencio y oscuridad de la plaza, pronunciaba mi nombre, yo sentía una pequeña sacudida en mi interior, como si me estuviera haciendo una llamada especial. Su voz tenía un extraño poder, convertía mi nombre en alguien que me gustaba ser. Yo era ese Esteban al que ella se dirigía. Esa voz me había escogido y se recreaba en esa elección. Hablara de lo que hablara, se estaba dirigiendo a mí, quería recordarlo, dejarlo claro de vez en cuando. Mi papel de receptor, de persona destinada a escucharla, a comprenderla, se revelaba como fundamental. No habría conversación si yo no estuviera allí, a su lado. No existirían sus recuerdos ni sus evocaciones ni esa extraña nostalgia de la vida que se derramaba sobre todo ello y que, sin embargo, no tenía tono de tristeza. Era algo que le pertenecía, no había dejado de existir, aunque existiera en otro tiempo. Puede que algo se hubiera perdido y a Dayana le dolía la pérdida, pero, mientras me hablaba, sus ojos se iluminaban y su voz no se quedaba estancada en los registros tristes. Por unos instantes, la voz parecía abatida, perdida, sin fuerzas, pero enseguida se alzaba, suave pero firmemente, plena, contagiada por los pequeños gozos del presente: los ruidos y olores de la noche de verano, los casi infinitos matices de las sombras y del aire que nos envolvía y acariciaba. La voz la había salvado.
Me cansé de las miradas que me dedicaban, siguió, de los comentarios y consejos que dejaban caer, me cansé de que se comportasen y me trataran como si lo supieran todo de mí, y de sus clasificaciones y sus esquemas. Sobre todo, de sus maquinaciones, porque algunas de las miradas que recibía y de los comentarios que me dedicaban provenían de personas que me hicieron daño, que estaban interesadas, inexplicablemente, en perjudicarme. Nunca lo pude comprender, pero hay personas que se ponen en contra de ti antes incluso de conocerte.
Dani realizó varias maquetas con canciones mías, pero nunca llegué a grabar un disco en solitario. Por una u otra razón nunca ha podido ser, siguió. Empecé a desconfiar de las promesas y proyectos de grabación. Te lo dicen con mucha solemnidad y convicción, nunca dejan de prometerte que las cosas ahora saldrán bien, que no hay nada que temer. Pero nunca se llegaba al final y decidí cerrarme en banda. Les dije a todos, y más que a nadie a Dani, que no volvieran a hablarme de grabaciones. Curiosamente, no cesaron las ofertas, sino que, según me dijo Dani, aumentaron, a no
ser que todo fueran falsedades, porque Dani era perfectamente capaz de inventarse proposiciones y ofertas después de que yo hubiera tomado la decisión de rechazarlas. Llegamos a un punto en el que Dani no me incitaba ni me animaba a aceptar nada. Siempre que me hablaba de nuevas posibilidades, concluía con frases de significado ambiguo. Decía: Bueno, ya sé que todo lo que te diga es inútil, no voy a tratar de convencerte, mira, puede que tengas razón, al fin y al cabo este mundo es una jungla, asi que comprendo que te quieras mantener apartada de él.
Esas frases de Dani me producían una gran irritación. Si hubiera podido, me habría gustado grabar un disco sólo para fastidiarle, porque sentía que en el fondo él no quería que yo hiciera ninguna grabación, y que incluso estaba detrás de todos los problemas que surgían y llevaban a las cancelaciones. Hubiera debido cambiar de representante, alejarme de Dani, pero me sentía atrapada, no sabía cómo salir de allí. Las fuerzas me empezaron a fallar, no sabia en quién apoyarme. Fue una época de mucha soledad, de un extraño y constante dolor interno. No quería renunciar a mis sueños y no tuve la energía suficiente como para echar a Dani de mi lado. He sido débil, muy débil, no fui capaz de defenderme, de imponerme, a su debido tiempo. Cuando rompí con Dani, ya era tarde, ya habían cesado las ofertas y todas las proposiciones. Ya me había retirado.
Naturalmente, Eugenio se mantuvo al margen de todo esto. Mis sueños eran cosa mía. Nunca se planteó interferir en ellos.
El tiempo me atrapó, suspiró Dayana.